Conocimos algunos de los rincones secretos de San Pedro de Atacama donde aún no han llegado las aglomeraciones del turismo. Esta fue nuestra experiencia de plena conexión con la naturaleza.

Reconocido a nivel mundial por ser el desierto más árido del planeta, el desierto de Atacama se extiende desde Arica hasta La Serena y es la cuna de algunas de las culturas ancestrales más interesantes de nuestro país. Uno de los puntos más visitados de esta seca ecorregión es San Pedro de Atacama, pequeño poblado ubicado a una hora de Calama y base para explorar las múltiples maravillas naturales a su alrededor. En GoChile fuimos invitados por Azimut 360 y Terra Luna Ecolodge a conocer algunos de los secretos mejor guardados de esta turística zona y nuestra experiencia fue gratamente positiva.

La aventura comenzó al llegar al Terra Luna ecolodge, donde su dueño y nuestro anfitrión por el fin de semana,  Philippe Reuter, nos explicó en que consistiría el programa turístico por el desierto de Atacama. Tomando pisco sour casero y disfrutando de una deliciosa cena recién hecha, escuchamos las indicaciones para un fin de semana en que tendríamos el privilegio de conectar con la naturaleza en algunos de los rincones que aún no han sido descubiertos por las grandes aglomeraciones.

Día 1:

Caminata por el Cañón

Luego de un nutritivo desayuno hicimos un corto viaje en vehículo hasta el punto de inicio del trekking por el Valle de Catarpe: el río San Pedro. Bajo el característico cielo despejado del desierto comenzamos la caminata por un vasto terreno cruzando el río de vez en cuando. Como a veces el agua nos llegaba hasta las rodillas, fue necesario sacarnos las zapatillas de trekking. TIP: Para este tramo se recomienda usar sandalias con velcro. Yo - que no fui preparada - tuve que caminar por el cañón de Catarpe a pies descalzos.

El cañón parece sacado de una película de Hollywood. Es más, a ratos me sentía como James Franco en el desierto de Utah en la película "127 Horas". Sus enormes paredes rojizas se elevan hasta 10 metros hacia arriba y se enfrentan entre sí separadas por no más de dos metros. 

Al culminar la primera parte del  trekking subimos el cañón por una ladera de rocas hasta llegar al desierto en altura. En este punto tuvimos una espectacular vista panorámica del Volcán Licancabur y las montañas que lo acompañan. En este perfecto mirador es posible ver la mezcla entre la vegetación verde alimentada por el río y el árido desierto color anaranjado, una postal inolvidable del norte grande chileno.

Sacamos un par de fotografías y seguimos hasta el punto de encuentro con nuestro conductor, quien junto al staff de Azimut 360 nos tenía preparado un delicioso pic nic con pan baguette, queso crema, rúcula, aceitunas y otros ricos ingredientes además de cervezas bien frías, perfectas para la calurosa tarde de sábado.

Las 7 lagunas escondidas de Baltinache

A  una hora de San Pedro de Atacama aproximadamente, se encuentran las Lagunas de Baltinache, siete piscinas de un impresionante color turquesa y aguas transparentes donde se puede flotar tal y como en la laguna Céjar. Las hermosas lagunas están dispuestas una tras otra sobre el inicio del Salar de Atacama, a los pies de la Cordillera de la sal, una cadena montañosa que parece haber sido espolvoreada con azúcar flor.

Para finalizar una jornada perfecta, el staff del ecolodge nos tenía preparado un asado que compartimos entre risas frente a la fogata.

Día 2

Quebrada de Gautín

Después del desayuno y un breve recorrido en la van, comenzamos el trekking por una ladera de rocas y enormes cactus de hasta cuatro metros de alto. Mientras nuestro guía nos contaba sobre los tipos de plantas de la zona, caminamos por un pasadizo que nos llevó hasta el cañón de Guatín, una zona de pozones y cascadas que parecen no tener lugar en el árido desierto de Atacama.

En Gutín éramos sólo nosotros, un grupo de 7 personas enfrentadas a la naturaleza, instancia difícil de experimentar en destinos de alto flujo turístico como San Pedro de Atacama, pero que es la especialidad de Terra Luna y Azimut 360. 

Después de darnos un refrescante chapuzón en las tibias aguas de Guatín, retornamos a la van que nos llevó hasta el pueblo de San Pedro para almorzar y hacer algunas compras en sus varias tiendas de arte local.

Con delicioso helado artesanal y una conversación que terminó en carcajadas culminamos un fin de semana perfecto habiendo recorrido la ruta menos transitada del famoso desierto de Atacama.

Viva a experiência