El encantador pueblo de San Pedro de Atacama, ubicado a 2450 msnm en el borde norte del gran Salar de Atacama (el más grande del país), es quizás uno de los lugares de Chile que más atractivos reúne.

El pueblo se encuentra en uno de los tantos oasis que deben su origen a las lluvias que produce el “invierno boliviano” en el desierto más árido del mundo, el de Atacama. Por ello resulta aún más increíble encontrar en medio de éste un lugar con vegetación realmente exuberante formada por Chañares, Algarrobos y Pimientos.

En los campos, cubiertos por un verde que pareciera proceder de zonas más lluviosas, se practica la agricultura desde tiempos ancestrales, conservando los mismos métodos de cultivos usados hace miles de años. Un milagro que los habitantes del lugar, de origen Atacameño, agradecen a la naturaleza (Pachamama) a través de distintas festividades y ceremonias religiosas, en donde el catolicismo y las creencias ancestrales se funden en una de las manifestaciones culturales más particulares del norte de Chile.

Recorrer los campos de cultivo y observar las viviendas de diseño tradicional y construidas en adobe, uno no puede menos que sentirse transportado a otra época.

El entorno

San Pedro se encuentra a los pies de la cordillera de los Andes, que en esta zona alcanza los 6100 m de altura. Frente a San Pedro y a tan solo 40 km de distancia, se encuentra el majestuoso y místico volcán Licancabur (5916 m). El nombre significa “cerro del pueblo” y fue venerado por los Incas quienes realizaban ceremonias y dejaban ofrendas en el cráter que se encuentra en su cumbre.

Al estar en ella y observar las ruinas de altares y campamentos construidos por los incas, es inevitable pensar en la profundidad de su fe, en el esfuerzo y la voluntad, que los llevaron a ascender a estas impresionantes alturas de tan inhóspitas condiciones.

A tan sólo 15 km se encuentra el misterioso Valle de la Luna. Tal como su nombre lo señala, la forma y colores de las rocas que allí se encuentran, dan al paisaje una apariencia lunar. Observar desde este lugar el atardecer, mirando cómo la luz hace variar la tonalidad de los volcanes que se observan a lo lejos, hasta el rojo intenso... convierte este espectáculo en una experiencia increíble y sobrecogedora.

Arqueológicamente hablando, el área de San Pedro resulta de sumo interés. La historia de la zona se remonta a 11 mil años A.C., fecha a la que corresponden los vestigios humanos más antiguos que allí se han encontrado. Uno de los mejores ejemplos de la riqueza histórica y arqueológica del lugar, lo constituye la Aldea de Tulor, de 3.000 años de antigüedad.

La mayor parte de las ruinas se encuentran cubiertas por la arena del desierto y sólo un 4% de la construcción ha sido excavada, por lo que sólo se puede especular acerca de lo que se esconde bajo la arena.

Aunque Tulor es un magnífico representante de la arqueología atacameña, no es el único. Hay muchos otros sitios que recién se están investigando y otros tantos que aún permanecen ocultos en el desierto.

El Altiplano

El altiplano es un gran plateau que se encuentra entre los 4000 y los 4600 m de altura. El paisaje es totalmente distinto del que encontramos en San Pedro; aquí es común encontrar esteros con agua, lagunas y muchos salares.

A pesar de las duras condiciones climáticas viven muchas especies de animales que se han adaptado y son capaces, por ejemplo, de vivir con agua que tiene altos contenidos de sal y arsénico.

Además, estamos rodeados todo el tiempo por volcanes que superan los 5500 msnm, lo que da una apariencia casi surrealista. El volcán Lascar (5592 msnm) es el ejemplo más notable de un volcán activo ya que su última erupción ocurrió en el año 1993 y su permanente fumarola se ve desde San Pedro. La ascensión al Lascar (bastante sencilla pero que requiere de previa aclimatación), permite observar el gigantesco cráter de 750 m de diámetro y 300 m de profundidad.

Geyser del Tatio

La gran actividad geológica de la zona no solo ha creado los volcanes sino que además se originaron los célebres Geysers del Tatio (4200 m).

Para observar los Geysers en su plenitud, la mejor hora del día es el amanecer, por lo que se recomienda salir de San Pedro a las 5:30 AM, para llegar al Tatio a las 7 A.M. Algunos geysers alcanzan alturas de 3-4 m.

Las aguas termales cercanas a los geysers, permiten disfrutar de un delicioso baño termal mientras se observa la salida del sol. La temperatura del agua puede alcanzar los 54 ºC.

La fluctuación térmica del ambiente es muy grande: -10 ºC antes de la salida del sol y 15-20 ºC cuando ya ha salido. Aquí también se observan Vizcachas y Vicuñas.

Como una buena manera de terminar el paseo a los geysers, es visitar Puritama (3500 msnm) para disfrutar de un exquisito baño termal.

Puritama es un río termal de temperaturas de alrededor de los 38 ºC y que está en un profundo cañón rocoso, en el que aún existen antiguas terrazas de cultivo y ruinas muy antiguas. Son pozones al aire libre y todo lo que lo rodea es naturaleza.

Por otro lado, no se puede dejar de hacer referencia al cielo de San Pedro, ya que por la noche es un espectáculo por sí solo: la Vía Láctea cobra un blanco muy luminoso. Después del Valle del Elqui, éstos son los cielos más claros y nítidos del planeta

Textos Kenneth Leine

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