A tres kilómetros de Caleta Tortel, en la desembocadura del río Baker, se encuentra la Isla de los Muertos, que ha sido testigo de una de las historias más enigmáticas de la Patagonia chilena.

Parece el título de una película de terror, pero lo que rodea a las 33 cruces de madera de ciprés clavadas sobre esta tierra es una historia real que combina la tragedia con el heroísmo. Un mito que se ha convertido, con el paso de los años, en un atractivo turístico para los viajeros curiosos y que sienten una profunda pasión por los registros del pasado. Bienvenidos a la Isla de los Muertos.

A tres kilómetros de Caleta Tortel, en la desembocadura del río Baker, parte de la Región de Aysén, se encuentra este lugar que ha sido testigo de una de las historias más enigmáticas de la Patagonia chilena. En sus 39 hectáreas de superficie, esta isla alberga un cementerio con 33 tumbas marcadas por cruces de ciprés, un recordatorio silencioso de un pasado lleno de sufrimiento y misterio.

La Isla de los Muertos está rodeada de la impresionante belleza de Aysén, entre los fiordos y canales que conforman el Campo de Hielo Norte y Sur. En este rincón remoto de la Patagonia, convergen tres biomas terrestres distintos: el coigüe mixto, el ñire y el mallín, creando un ecosistema excepcional para los amantes de la naturaleza. Además, la isla alberga una variada fauna y es hogar de dos especies de moluscos de agua dulce en peligro de extinción, el Diplodon diplodon y la Chilina, lo que le otorga un alto valor científico.

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La tragedia de la isla

El mito de la Isla de los Muertos se remonta al año 1905, cuando un barco a vapor partió de Dalcahue con 200 obreros chilotes a bordo. Su misión era abrir una ruta desde la desembocadura del río Baker hacia la provincia argentina de Chubut, encomendada a la Sociedad Explotadora del Baker. Esta empresa forestal estableció su base de operaciones en un lugar conocido como Bajo Piragua, cerca de la actual Caleta Tortel.

Los obreros se enfrentaron a la hostilidad de la geografía patagónica, luchando contra el clima implacable y la falta de suministros. La prometida llegada de provisiones nunca se materializó y los trabajadores se vieron obligados a subsistir con alimentos en mal estado, como carne salada, tocino, arroz infestado de gorgojos y harina deteriorada. La situación se agravó cuando una extraña enfermedad considerada en la época "el azote de los mares", el escorbuto, que se propagó entre ellos, causando moretones en las extremidades y hemorragias.

Las cifras de muertos varían, pero se estima que entre 77 y 120 hombres perecieron en este oscuro episodio. Aunque algunas teorías sugieren envenenamiento para evitar pagar los salarios, otras apuntan a esta enfermedad debido a la comida descompuesta. Incluso se ha planteado la intrigante hipótesis de que fueron unos curanderos kawésqar quienes habrían envenenado a los obreros por relacionarse con personas de esta etnia.

En septiembre de 1906, el capitán Guillermo Titus del vapor Araucanía avistó a algunos trabajadores varados en un islote cercano a la Isla de los Muertos. Rescató a los enfermos y los llevó a Chiloé, pero no todos pudieron ser salvados. En medio de esta tragedia, los sobrevivientes enterraron a los fallecidos en cajas de madera de ciprés y marcaron las tumbas con cruces sin nombre. Solo 33 cruces han resistido el paso del tiempo y los crudos inviernos de la Patagonia. Curiosamente, solo una cruz mantiene el registro del nombre de una de las víctimas: Melchor Navarro.

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Cómo llegar a la Isla de los Muertos

El punto de partida más cercano para visitar la Isla de los Muertos es Caleta Tortel. Para llegar a este pueblo, hay dos opciones por aire o tierra, respectivamente. El aeropuerto más cercano a Caleta Tortel es el Aeropuerto Teniente Vidal en Coyhaique, la capital de la Región de Aysén. Desde allí, puedes tomar vuelos hacia el aeródromo Teniente Julio Gallardo en el cercano pueblo de Puerto Aysén y luego continuar por carretera hasta Caleta Tortel.​ Si prefieres viajar por tierra, puedes tomar un autobús desde Coyhaique hasta Caleta Tortel. Este viaje puede llevar varias horas, así que asegúrate de consultar horarios y disponibilidad antes de partir, especialmente si viajas desde Santiago.

Una vez que llegues a Caleta Tortel, debes coordinar tu visita a la Isla de los Muertos. El medio más común para llegar a la Isla de los Muertos es en barco. Asegúrate de que la embarcación esté equipada para realizar esta travesía sobre las corrientes del río Baker, ten a la mano tu cámara y déjate llevar por las bondades naturales que hacen de este lugar un rincón sagrado en Chile.

Si deseas conocer esta misteriosa isla, sus historias y ser testigo de sus 33 tumbas marcadas por cruces, puedes contratar un tour o excursión que facilite tu llegada a la misteriosa isla. Escribe a [email protected] para más información sobre la Isla de los Muertos y sumérgente en la leyenda de este territorio encantado.

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