El año pasado en Agosto junto a Esteban nos reunimos en San Pedro de Atacama. Yo estaba realizando los trámites para comprar un terreno en San Pedro y éstos demoraban así es que tenía mucho tiempo libre para explorar el lugar.
Anteriormente ya había escalado en algunos cañones cerca de San Pedro y también había hecho "boulder", por lo que fuimos recorriendo con Esteban distintos lugares que iban de los 2500 m de altura hasta los 4200 m. Había paredes muy buenas pero por lo general predominaba siempre un solo tipo de escalada: O eran fisuras, o placas verticales o desplomes. La idea era buscar hasta encontrar una zona que reuniese la mayor variedad de escalada posible.
Uno de esos días de búsqueda ya habíamos recorrido bastante y veníamos un poco cansados cuando le comenté a Esteban que recordaba haber visto roca cerca del pueblo de Socaire. Así es que partimos.
Estaban reparando el camino y había una motoniveladora trabajando. Nosotros al verla nos fuimos por la otra pista y después de 300 m estábamos empantanados en la arena sin poder movernos. El chofer de la moto nos dio una mano pero no teníamos con qué tirar la camioneta.
Probamos con cintas, con cordines y nada. Al final Esteban sacrificó un trozo de cuerda y así pudimos salir. El tipo de la moto estaba tan impresionado que la cuerda hubiera resistido que el regalamos el trozo.
Bueno la cosa es que seguimos y nos bajamos en una pequeña quebrada. En la búsqueda descubrimos paredes completas de petroglifos que aún no habían sido descubiertos. (Posteriormente fui con una arqueóloga a explorar el lugar). La quebrada era bonita y ofrecía una mayor variedad de escalada pero decidimos seguir buscando. Pasamos el pueblo de Socaire y unos 15 km después nos detuvimos al ver la parte superior de una pared. Nos bajamos y ….. era increíble: aparecieron techos, desplomes, fisuras, placas con agujeros. Más encima había un estero con agua. Era el lugar que estábamos buscando.
Descubriendo y equipando
Teníamos el equipo para fisuras y escalamos una bellísima fisura. Con ese mismo top rope escalamos las placas de los lados. La escalada era
increíble: Fina, delicada y muy técnica. La sensación de escalar estas paredes y de ir progresando por terreno virgen bastó para motivarnos y juntar dinero para volver a este lugar y equipar. Junto a Eddie, Esteban, Leo y Max volvimos y comenzaron a aparecer las primeras vías.
Era emocionante escalar después de haber equipado una vía. Teníamos muy pocos bolts y chapas la primera vez y era terrible decidir donde equipar y donde no ya que las vías aparecían por todas partes. La roca era perfecta para equipar ya que prácticamente lo único que hay que hacer es quitar polvo. En esa ocasión aparecieron vías como Don Zeferino (5.10 a) (el nombre se debe a que Don Zeferino es el tipo que maneja el motor que da corriente a Socaire y nos cargaba las baterías del taladro), Terminator (5.12 a-b), Tortura Digital (5.11d), entre otras.
Ahora existen ya 22 vías equipadas con cadenas en las reuniones y chapas. Las fisuras (incontables) no están equipadas y sólo tienen un anclaje con cadenas el final para facilitar el descenso.
El sitio soñado de la escalada en Chile
Debido a la altura del lugar, 3550 m, los primeros días hay que aclimatarse pero a medida que uno va haciendo ejercicio el proceso es rápido.
La escalada aquí es eminentemente tipo Boulder: vías cortas y explosivas. Las alturas oscilan entre los 12 hasta los 25 m. En el último viaje se equiparon algunas vías de continuidad de unos 22-23 m que además son desplomadas.
Las fisuras son un cuento aparte ya que este podría convertirse en EL lugar para escalar fisuras de todo tipo. Algunas de ellas se asemejan a Indian Creek en USA. Son fisuras paralelas y de todos los anchos (dedos, puños y offwidth). En la zona central de Chile no existen buenos lugares de fisuras, aquí en cambio las tenemos a nivel de piso y podemos pasar por toda la gama de anchos y formas. (Aquí descubrí que las fisuras se las traen).
Las vías en desplome resultan ser explosivas y sin muchos reposos. Los agarres son pequeños agujeros para los dedos y a veces aparecen estructuras que asemejan chorreras como las de la caliza.
Cuando uno camina por la quebrada se da cuenta de que no existe una pared igual a la otra. A veces son tan distintas la una de la otra que uno podría pensar que se trata de lugares distintos. Esta es la magia de Socaire: la variedad.
Existen vías de nivel fácil en el rango 5.10 y el resto son vías 5.11-5.12. El potencial de vías más duras salta a la vista ya que existen numerosos desplomes con agarres muy pequeños. Hay un proyecto que está equipado y que todavía no se ha escalado.
El potencial de vías puede alcanzar las 200 vías. (100 más que en las Chilcas)
Más arriba en el cañón existen paredes de 250 m de altura y de un ancho de unos 4km. Estas paredes se asemejan a las paredes de Torrecillas.
En el cañón se puede acampar en cualquier sitio. Hay incluso grandes techos rocosos que sirven de refugio en caso de lluvia, especialmente durante el invierno Boliviano (Diciembre- Marzo). La temperatura es muy agradable y debido a la altura nunca hace excesivo calor. Por lo general se puede escalar muy liviano de ropa y en el invierno habrá que usar un gorro de lana.
Un entorno de antología
El entorno del lugar es quizás lo más cautivante, ya que escalar absolutamente solo (sin ruidos de autos), con volcanes de 6000m de altura como telón de fondo, el color naranja de la roca, el aire puro y la escalada hacen que sea un lugar mágico.
La idea es lograr que el lugar se transforme en un destino interesante para escalar y conocer las maravillas naturales del altiplano.
Actualmente estamos montando un minimuro en la casa del Eddie y existe un café, cuyo dueño es Steffen, un alemán que ya vive en San Pedro hace un año. El café se llama “Campamento Base” en el cual el tema es la escalada y la montaña. Además, es el lugar perfecto de reunión después de cada escalada, aquí se puede obtener información de nuevas vías o de otros lugares de escalada o Boulder, además de que es el único lugar donde sirven café en grano en San Pedro y hay ricas hamburguesas de carne de soya.
Texto Kenneth Lein