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Las cinco ruinas que necesitas conocer en el Valle Sagrado de los Incas

Estos son los mejores destinos turísticos en el Valle Sagrado ¡No te lospuedes perder!

Cusco y Machu Picchu son los destinos turísticos más visitados en Perú y el Valle Sagrado no se queda atrás. La mayoría de los viajeros que vienen a conocer la Séptima Maravilla del Mundo visitan también este maravilloso valle, que los incas eligieron para construir sus ciudades y zonas agrícolas. Las excelentes condiciones climáticas y geográficas del también llamado Valle de Urubamba lo hacen hasta el día de hoy uno de los territorios más fértiles del país. 

5. Ruinas y pueblo de Chinchero

Chinchero es un pueblo tradicional donde aún se conservan muchas costumbres ancestrales como el trueque y el uso de vestimentas típicas. En sus estrechas calles se observan los centros textiles donde se realiza el proceso de hilado y tejido tal y como lo hacían los incas; y en la feria de los domingos, los locales aún comercializan trocando sus productos. En Chinchero también hay ruinas arqueológicas y una iglesia colonial que fue levantada sobre los que quedó del palacio del inca Tupac Yupanqui.

4. Ruinas y mercado de Pisac

Cuenta la historia que desde la época de los Incas, los pobladores del Valle Sagrado se juntaban en la plaza de Pisac a comercializar sus productos. Al llegar los españoles la tradición se mantuvo intacta y hoy en día aún es posible presenciarla. Un buen panorama es visitar Pisac un día domingo, cuando la plaza principal del pueblo está mayormente ocupada por artesanos y agricultores locales que venden telares de alpaca, joyería de plata, cerámica y frutas y verduras de la zona. Antes de visitar el mercado pasa a conocer las ruinas de Pisac, que formadas por 40 andenes de cultivo en empinadas laderas, incluyen pucaras (torres de vigilancia) y uno de los cementerios precolombinos más grandes de América. 

3. Salineras de Maras

Al oeste de Cusco, a 3.300 metros sobre el nivel del mar está el pueblo de Maras y sus salineras. 3000 pozos de sal natural desde donde se extrae sal rosada y que data de unos 110 millones de años atrás. La mejor hora para visitarlas es al atardecer, cuando la luz rosa del sol se refleja en los pozones formando la postal perfecta para Instagram.

2. Ruinas de Moray

Cuando llegas a  Moray lo primero que ves es un profundo hoyo ovalado de 150 metros  hecho en la tierra. Compuesto por andenes de 1.80 metros cada uno, emula la forma de un enorme anfiteatro que según historiadores se trataría de un laboratorio agrícola del imperio inca. Cada uno de sus andenes está construido con su respectivo canal de irrigación, y cada uno constituye un microclima distinto con diferencias de hasta 15°C entre el primer y último andén. Es decir que en cada andén crecían diferentes cultivos.

1. Ruinas y pueblo de Ollantaytambo

Este acogedor pueblo tradicional está lleno de historia, importantes ruinas y una vibra cosmopolita parecida a la de Cusco pero en miniatura. Durante el Tahuantisuyo, Ollanraytambo fue el lugar de residencia de la nobleza incaica y un centro administrativo, de uso militar, agrícola y religioso.  En sus ruinas de piedra se pueden observar torreones de vigilancia, (que se presume serían para protegerse de las etnias selváticas), depósitos agrícolas y tallados en piedra dedicados al culto del agua. Además de sus ruinas, Ollantaytambo es paso obligatorio para abordar el tren a Machu Picchu, es por eso que cuenta con buenos restaurantes, cómodos hoteles, bares de cerveza artesanal y un pintoresco mercado de artesanías entre otros atractivos turísticos.